lunes, 5 de julio de 2010

Noche de verano

La vida no es fácil: normalmente nunca se gana y la felicidad va y viene de un modo extraño, pero siempre merece la pena luchar. Esta noche pasada la vida llegaba a tus orillas en silencio, con un mensaje triste, cargado de verano y de melancolía, y sin embargo, las estrellas brillaban en el cielo igual que cualquier noche, que todas las noches.
Recuerdo que hubo un tiempo sin lágrimas, ni oscuridad. La nieve lo cubría todo y los lobos del mundo eran cachorrillos de perro que venían a comer de tu mano. ¡Qué hermoso resultaba entonces tu silencio! Los ojos de los peces lanzaban sus destellos a la luna, y en el fondo del mar, las cosas más hermosas de la tierra se confundían contigo. Tu piel era la esencia de cualquier paraíso y todo, en el fondo de mí, se llenaba contigo.
Ayer, la noche se hacía lenta, hasta que en un instante extraño se iluminó tu rostro, y todo cambió de repente; habías regresado de muy lejos, volvías a sentir con toda el alma. Recuerdo que en ese momento pensé que la vida no es fácil, pero siempre merece la pena luchar por lo que amas.

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