La vida no es fácil: normalmente nunca se gana y la felicidad va y viene de un modo extraño, pero siempre merece la pena luchar. Esta noche pasada la vida llegaba a tus orillas en silencio, con un mensaje triste, cargado de verano y de melancolía, y sin embargo, las estrellas brillaban en el cielo igual que cualquier noche, que todas las noches.
Recuerdo que hubo un tiempo sin lágrimas, ni oscuridad. La nieve lo cubría todo y los lobos del mundo eran cachorrillos de perro que venían a comer de tu mano. ¡Qué hermoso resultaba entonces tu silencio! Los ojos de los peces lanzaban sus destellos a la luna, y en el fondo del mar, las cosas más hermosas de la tierra se confundían contigo. Tu piel era la esencia de cualquier paraíso y todo, en el fondo de mí, se llenaba contigo.
Ayer, la noche se hacía lenta, hasta que en un instante extraño se iluminó tu rostro, y todo cambió de repente; habías regresado de muy lejos, volvías a sentir con toda el alma. Recuerdo que en ese momento pensé que la vida no es fácil, pero siempre merece la pena luchar por lo que amas.
Recuerdo que hubo un tiempo sin lágrimas, ni oscuridad. La nieve lo cubría todo y los lobos del mundo eran cachorrillos de perro que venían a comer de tu mano. ¡Qué hermoso resultaba entonces tu silencio! Los ojos de los peces lanzaban sus destellos a la luna, y en el fondo del mar, las cosas más hermosas de la tierra se confundían contigo. Tu piel era la esencia de cualquier paraíso y todo, en el fondo de mí, se llenaba contigo.
Ayer, la noche se hacía lenta, hasta que en un instante extraño se iluminó tu rostro, y todo cambió de repente; habías regresado de muy lejos, volvías a sentir con toda el alma. Recuerdo que en ese momento pensé que la vida no es fácil, pero siempre merece la pena luchar por lo que amas.
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