lunes, 20 de abril de 2009

Nuestros sueños

Se desgranan las notas del saxo en la penumbra del bar, y esa melodía destroza un par de corazones que no encuentran donde existir mañana. Los besos perdidos acaban durmiendo en sillones de terciopelo azul. La estación de las lluvias se eterniza y arrecia la tristeza en el ritmo profundo de un viejo contrabajo. No hay tiempo para las canciones que nos hablan de amor. Esta noche el olvido se apodera del mundo y devora al instante el más mínimo intento de seguir.
Todo es blues esta noche de lluvia. Tristeza y música de blues. Cada una de estas notas es una representación exacta, perfecta y cristalina del dolor que habita en el pozo de la locura. Una guitarra gime, junto a mi corazón, y tus labios son el lugar exacto donde empieza el abismo. Tus ojos y tu rostro, tus manos y tu piel. Tu increíble belleza y el aire ensanchado por los gestos sagrados de esta forma de amor impermanente... La música que entierra los días del pasado, un corazón que cede el paso a un nuevo corazón.
La escritura, la intensidad, la vida, el silencio, la muerte, la belleza… Cada uno de estos sentimientos es el precio que pagamos hoy por existir, mientras a nuestro alrededor gira la vida y algunos soñadores luchan en batallas perdidas de antemano. La moqueta gastada contempla tu felicidad, y todo es este instante que pasamos en un mundo sin mundo, fuera de este lugar.
Se desgranan las notas en la penumbra del bar y por fin entendemos que no somos mejores ni peores, que somos las cosas más locas que, juntos, esta noche, conseguimos soñar.

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