martes, 14 de abril de 2009

Otras vidas que nos separan

Comienza a llover y la lluvia es un manto que cubre de tristeza los caminos. Hay un perro que duerme en el rincón de la casa vacía. La soledad es una habitación donde humean los restos de tu ceniza. Calvarios de la desolación, pájaros muertos, peces que no regresarán al mar, danzar a solas, sin ti, bajo el olivo seco del cruce de los caminos.
El escritor escribe, y escribe siempre, pero no vive, porque sabe que ese mirar no da la vida, y él es sólo un espectador en el teatro de un mundo oscuro donde sólo habitan los muertos. Se avecina el olvido, cierran los bares, y el destino es marcharse, carne de panteón que oculta un gesto. El escritor escribe, pero no vive. Otras vidas le arrastran lejos. Otras vidas que le separan, trágicamente, de vuestra vida.

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