lunes, 18 de mayo de 2009

Algunas veces pienso

Algunas veces pienso en ese modo triste en que me miras y en cómo como has olvidado el rumor del agua de la fuente, donde, en las tardes de agosto, cuando todos dormían, hablábamos de lo que queríamos llegar a ser. Se han pasado los años entre luchas, naufragios, y escapadas absurdas. Noches en las que huíamos hacia ninguna parte. Y ahora, después de tanto tiempo, no conservamos nada ya de todo aquello. Se han dormido los sueños: se llevaron la fuente y en su lugar han puesto una fea estatua de algún desconocido. Nuestra calle es ahora una calle prohibida, donde acechan, oscuras, las escenas más sórdidas de todo lo un día quisimos olvidar. Tu mirada no brilla, y en tu alma no queda ni un gramo ya de vida. Esta noche, cuando miro en tus ojos, siento que se ha acabado el tiempo. No nos queda futuro; sólo ese polvo blanco que ahora compartimos.

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