jueves, 2 de octubre de 2008

Diario quemado

Cecilia comenzó a escribir su diario a los doce años. El primer día escribió: “he ido con mi madre a la tienda del centro y me ha comprado una muñeca. Es linda, se puede peinar y además tiene dos trajes. Ahora voy a jugar con ella”. Después de escribir eso guardó el diario en un cajón y no volvió a escribir hasta que cumplió los dieciséis. Entonces escribió: “en la pandilla de los chicos hay uno que me gusta, se llama Jorge y es muy gracioso. Tiene unos ojos preciosos”. Cuatro días después volvió a escribir: “Jorge a empezado a salir con Lourdes. Es un imbécil, le odio con todo mi corazón, quiero morirme”. No volvió a escribir durante un tiempo.
El día que cumplió veintidós escribió lo siguiente: “no sé qué hacer: me gusta Paula. Creo que yo también le gusto a ella. ¿Debo decírselo? Voy a esperar… No sé, tal vez le diga algo esta noche”.
Tres años más tarde volvió a escribir: “creo que estoy embarazada. El padre es Jorge. Le odio. ¿Por qué ha tenido que pasarme esto? Luego, sin fecha, aparece una nota escueta: “me he casado, soy muy feliz, mi bebé será una niña y llegará en diciembre”.
En este punto, en el diario aparecen dos páginas en blanco, como si Cecilia hubiera querido empezar una nueva vida o dejar espacio para escribir posteriormente algo que hubiera sucedido. Luego continúa: “tengo una niña, es preciosa, la he llamado Paula”. Debajo, escrito con tinta de color rojo, hay una fecha, y bajo la fecha aparece esta anotación: “hoy Paula ha cumplido seis años. Jorge se ha ido, vivo en la vieja casa de los abuelos en Tetuán. Trabajo en un supermercado. El trabajo va mal, dicen que van a echar a alguna gente”.
Después de escribir esto hay algunas hojas en las que no se entiende nada. Es como si en ellas alguien hubiera derramado agua y posteriormente, tal vez con un estropajo, o un trapo mojado, ha borrado, con rabia, lo que había escrito allí. La tinta aparece corrida o borrada totalmente. Otras páginas han desaparecido o han sido quemadas parcialmente y son ilegibles.
Cuando las hojas del cuaderno dejan de estar deterioradas, con otra letra, mucho más pequeña, Paula ha escrito lo siguiente: “querido diario: mamá está de nuevo en el hospital. La operarán mañana. Estoy sola en la casa de los abuelos. Dicen que está muy mal. ¿Qué voy a hacer? He conocido a un chico. Se llama Jorge, como mi padre, y tiene unos ojos preciosos. Hoy tampoco voy a ir al colegio. He quedado con él… ¡Le quiero tanto!"

No hay comentarios: