jueves, 9 de octubre de 2008

Futuro

Mañana cumpliré sesenta años -pensó-, mientras miraba el techo de la habitación. Pasó mucho tiempo pensando en eso. Sesenta años… Hacía tres semanas, una mañana, se había sentido algo indispuesto. Un dolor de estómago continuo, en el lado derecho, que no se le pasaba. Fue al medico. Le hicieron un análisis de sangre, luego una ecografía, más tarde un scáner y, cuatro días después, una biopsia. Le dijeron que tenía cáncer de hígado y le mandaron a operar. Le abrieron, le cerraron, y allí estaba ahora, en esa habitación mirando al techo. Su hija entró en mientras pensaba en esto.
─¿Qué tal estás? –le dijo.
─Estoy bien, no te preocupes ─respondió─, regresa a casa, llevas aquí toda la noche.
Su hija estuvo un rato más y luego se marchó. La habitación quedó en silencio, sólo se oía el zumbido del aire.
Mañana cumpliré sesenta años –pensó-. Ayer discutía con ella porque nunca venía a verme, y ahora que ha venido, lo único que pienso es cómo demonios me las voy a ingeniar para que me vea morir con un poco de dignidad.

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