domingo, 22 de febrero de 2009

Algunas veces

Algunas veces la vida nos sorprende con un encuentro inesperado y en mitad de la noche uno mira hacia el cielo y ve que las estrellas nunca dejaron de brillar.
Ella ha regresado de en un lugar imposible, de un espacio y un tiempo que yo sentía perdido y olvidado en el hueco vacío de mi corazón. Así sucede siempre. Las grandes situaciones de la vida están construidas a base de detalles, de un infinito mar de decisiones, pequeñas y, en apariencia, tan insignificantes –hoy voy a ir en metro en vez de en autobús-, que, sin embargo, trastocan la trama de la vida y tejen y destejen el destino final de la existencia.
Ella ha regresado de un lugar imposible, justo allá donde acaba el mundo, y se ha traído consigo su sonrisa de siempre y sus ojos inmensos de color de miel. Ella ha regresado cruzando los años y el destino, y ha llegado hasta mí. Se ha traído la luz de cinco continentes, los olores del mundo, la frescura del fondo del mar y el sabor de sus besos de siempre. Ella ha regresado en el momento justo, cinco minutos antes de que yo pereciera tragado por ese inmenso remolino negro de tristeza que nos acecha oculto en un lugar de nuestra soledad.

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