jueves, 7 de enero de 2010

Conversación en un sueño

─ ¿Sabes? –le dije a la muchacha de mi sueño-, yo buscaba permanecer siempre en lo más profundo. Hallarte entre las sombras. Saber, de un modo u otro, que eras tú. Pero tú no llegabas. Aquel fondo del mar seguía tan vacío como siempre, o tal vez mis ojos habían perdido ya la capacidad de ver en esa oscuridad, pero a pesar de todo aún te sigo esperando. No soy nadie especial. Soy como todos: alguien que busca su camino. Un anhelo, un temor, una búsqueda. No existe nada más: eso es mi vida.
─ ¿Sabes? -me contestó-, algún día, tal vez, regresará la luz, la intensidad, la vida, y entonces todo será real y estaremos tranquilos. Habitaremos el centro de un círculo perfecto y las cosas siempre se mantendrán en equilibrio. Y toda esta búsqueda, al fin, habrá tenido algún sentido.
Me abrazó y me dio un beso en los labios. Recuerdo que eran las doce de la noche y comenzó a nevar.

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