martes, 26 de enero de 2010

Lo pierdo todo

Atravesando la tarde, regreso al espacio del mundo donde habito. Hace frío. Desde la soledad de miles de kilómetros de carreteras veo ponerse el sol: el mismo sol que en este instante se pone, también para ella, en otro lugar del mundo. El viento arrastra los últimos copos de nieve del invierno que se hielan en el cristal del coche, como pequeñas lágrimas que han sido derramadas para nadie. Perdido entre las brumas de la tarde, el paisaje a mi alrededor desaparece y ahora apenas soy capaz de recordar los rasgos de tu rostro. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Todo se olvida y muere en este intento absurdo de encontrar un futuro a cada instante. Hay algo equivocado en el ambiente, los libros, los papeles… Todo este rebuscar en mi universo, tratando de poner el alma a punto, de encontrar la respuesta en un poema. Darse de cabezazos contra un muro real, hecho de piedra. Mi genio se escapó de la botella ayer y aún no lo he encontrado. Cada noche lo pierdo todo, amor, pero sigo adelante cada día.

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