jueves, 28 de enero de 2010

Mis manos

Sentado entre dos contenedores de basura, absurdamente solo y derrotado, contemplo mis manos en silencio. Son unas manos huecas, de aspecto desolado, como tejas de una mansión deshabitada. Sin embargo, si las miro con más detenimiento, veo como en ellas se me han acumulado las grandes historias de mi vida: derrotas, experiencias, pasiones, sentimientos… En sus líneas llevan escrito el rastro de mis días y mis noches.
Contemplo mis manos en silencio. ¡Qué estúpidas mis manos! ¿No vais a ser capaces de escribir nada decente? Esta noche de frío muerde una luna helada. Instantes de silencio. Salvaje soledad. Una mujer camina calle abajo. Resuenan sus tacones en la acera. Me mira y me sonríe levemente. Me guardo su mirada. Sus piernas dejan un rastro de luz sobre la acera: es un reflejo azul y plateado. Guardo el papel y el lápiz. Se ha levantado viento. ¡Qué estúpidas mis manos, demasiado cargadas de pasado!

No hay comentarios: