miércoles, 31 de marzo de 2010

Te quiero

Cuatro de la mañana y tú duermes. Yo te contemplo.
En tu rostro respira lo eterno, pasan cosas de largo, se enredan en tus pestañas mis pensamientos. Has abierto un momento los ojos, me has sonreído, y he sentido crecer este mundo que habito. Cada instante es perfecto porque yo estoy contigo.
Mi corazón escribe en el aire palabras de tinta negra que se dispersan. Quiero llegar a ti, pero te escapas siempre, como un rayo de luz por las paredes. Y atravieso existencias sin fin persiguiendo tus labios, y la luna se agiganta en el cielo cuando digo tu nombre. Y te miro y percibo amenazas absurdas: minotauros, dragones, basiliscos de piedra, centauros... Infinitos peligros que nos acechan, y me pongo nervioso, y doy vueltas, y no puedo dormir, y decido salir a buscar un tesoro, o asaltar un castillo, y no encuentro castillos a mano, y al final robo un banco, desafío a un villano, rescato princesas y cabalgo en las olas y escalo montañas. Me desarmo y me invento de nuevo, y regreso a la cama, empapado y exhausto. Hace frío y tú aún duermes. Te contemplo, y es extraño sentir todo esto. Tengo miedo a perderte, te quiero.

No hay comentarios: