jueves, 5 de agosto de 2010

Impresiones

Ha empezado la noche. Palabras deslizándose despacio, calle abajo, como el cansancio que de tanto repetirse, ya no se hace notar. La vida continúa. Sigo, seguimos, siguen. Ella y yo caminamos, estamos juntos, permanecemos aquí, a oscuras, sobre la roca. La gran roca final, la roca en que vivimos. Compartimos el mundo. Y la noche se prolonga hasta el infinito.
Amanece. Promesa de un día de sol sobre la tierra. Intento escribir esta mañana. Colores. Ella me llama, parece feliz, se sumerge en su cielo: dice cosas hermosas que hacen que se ilumine cada rincón del mundo. Colores. Amanece y el templo sigue en pie. Ella, mi templo. Yo me hago a mí mismo una promesa: intentaré acabar el día siendo un poco mejor. Reúno los últimos recursos que tengo y se los regalo envueltos en una partitura compuesta para ella. Impresiones de un viernes de verano.
Es de noche: me he sentado a esperarla en uno de esos bancos de la calle. La gente pasa, todos ellos tan diferentes… Se suceden las historias, las vidas… Soledades en marcha, corazones perdidos, rotos… Felicidad fugaz. Fugaz felicidad. Escarcha que trae hasta la arena de mis pies la sangre del destino de esa gente. Y luego están las cosas; el banco de madera, el maniquí, los vestidos en los escaparates, la calle en medio de la noche, el basurero, la joven de piernas infinitas que espera a su amante de turno con todas sus armas preparadas, justo junto al cajero. Él llega y se carga de billetes los bolsillos. Policías, taxistas, golpes, carreras, motos… Prostitutas, borrachos, mujeres que besan a mujeres, hombres que besan a hombres… Mientras yo leo un libro alguien pierde su corazón sobre la acera. Es pronto, y sin embargo, ya es demasiado tarde para todo. La noche tiene fiebre, ella regresa, sonríe, continuamos. Ración de cualquier cosa en una pizzería. Migraña, perros, gatos. Manojos de llaves, escaleras. Calor, destino, lucha. Amor, sudor, cansancio. Insomnio mezclado con proyectos. La contemplo dormir. Ella es mi templo. Calor y más calor, pobreza. Sueños.

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