martes, 14 de julio de 2009

Bajo el sol del verano

   Aquel verano a todo el mundo le sucedía lo mismo: nadie conseguía ser feliz. La gente parecía vivir bajo esta maldición. Se buscaban unos a otros con desesperación. Querían encontrar al hombre o a la mujer de sus sueños, al amante perfecto o al príncipe azul. Alguien que les hiciera felices de algún modo, y no lo conseguían. Eran tantos los que me contaron la misma historia en aquellos dos meses de verano que ya empezaba a dudar si no estaría todo el mundo igual. Mientras los escuchaba pensaba en lo extraño que resultaba todo aquello. Si todos buscábamos lo mismo ¿porqué nadie encontraba a su pareja? Era como si una fuerza misteriosa nos impidiera ver la realidad, reconocernos, descubrir el lugar misterioso donde se cruzarían los caminos de cada uno de nosotros en el futuro. Bajo el sol del verano todo el mundo parecía buscar, en el fondo, al hombre o a la mujer equivocados. Resultaba endiabladamente extraño que todos lo hiciéramos tan mal. Llegué a la conclusión de que algo debía fallar de un modo irremediable en nuestros corazones. Algo que nunca llegaríamos a superar. Tal vez era el destino o alguna oscura maldición, o quizás sólo era el desconocimiento de cómo sentía el ser humano que tanto anhelábamos amar.

No hay comentarios: