domingo, 16 de agosto de 2009

Cuando menos lo esperas

Porque probablemente la vida no es más que una especie de sueño que acaba convertido en un sueño mayor, aquella noche decidí quedarme y dormí junto a ella. La vida, algunas veces me sorprende, y aquella vez me sorprendió. Me habló de algunas cosas que yo desconocía, de árboles rebeldes que luchan contra el mar, de soles que no se ponen nunca, de peces que atraviesan desiertos sin arena, de cómo había logrado vivir en libertad. Me enseñó un par de cosas que aún no he comprendido, me regaló tres versos y le puso mi nombre al remanso de un río, y luego, igual que había empezado, la noche terminó.
Así funcionan siempre las cosas en la vida: cuando menos lo esperas te late el corazón.

No hay comentarios: