martes, 9 de junio de 2009

Nos quedan las palabras

Da igual que se acaben las horas, que choquen los planetas, que el cielo se desgarre en las esquinas, somos parte de un mundo que avanza al infinito. ¿De qué sirve reír, llorar o lamentarse? Nos quedan las palabras y debemos usarlas.
Camino, busco y siento, y en medio de la soledad de este mundo en que ya parece que nunca queda nada, siempre acabo en el mar de tu esperanza. Hay un sitio a la espera, escondido en algún lugar de la memoria, donde todo regresa, y existe un camino cargado de magia y de misterio que me lleva hasta ti. Tú, siempre tú, la gran desconocida, que camina también entre la niebla. ¿Dónde quedan tus huellas? ¿En qué lugar habitas? Tal vez en un desierto o en una playa. Da igual que a cada paso nos engulla el abismo, no pares, continúa. La vida nos acerca. Mientras tanto nos quedan las palabras.

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