Ricardo había pasado todo el día caminando. Había pedido en la puerta de centros comerciales, en grandes almacenes, en calles atestadas, en parques, en teatros, en plazas y en trenes de cercanías.
Esta noche, después de hacer eso durante cinco años, ha visto la ciudad, iluminada con las luces de Navidad, y ha sentido el peso inmenso de tanta soledad. Ricardo, esta noche, ha comprendido, que lleva cinco años luchando por su vida y su cordura, tratando de entender este extraño destino, este fracaso absurdo, éste estar en la vida sin estar. Ricardo esta noche, ha perdido el último gramo de esperanza y de ganas de existir que aún le mantenía, y debajo de un puente, rodeado de basura, se ha quitado la vida.
lunes, 29 de diciembre de 2008
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