miércoles, 10 de febrero de 2010

Ellos, nosotros

Llegaron del otro lado, caminando desde el lugar donde no hay agua. Aparecieron una noche, sin hacer ruido y se quedaron aquí, entre nosotros. Les dejamos hacer y ahora ya no se los distingue. Ellos, nosotros, somos la misma cosa. Nuestra tierra es su tierra y bebemos del agua del mismo río. Nuestra sangre es su sangre.
Algunas veces miramos hacia el lugar por donde ellos vinieron y oímos estremecerse el mundo. Cuando oscurece, se ven franjas de luz azul surcando el cielo y se oye el fragor de inmensas explosiones que hacen temblar el suelo. En esas noches, ellos, nosotros, permanecemos juntos, pensando en nuestro futuro, sin hacer ruido, mirándonos sin comprender. Ellos, nosotros, somos la misma cosa. Si esto es así, ¿Quiénes son entonces los otros, los que hacen que franjas de luz azul crucen el cielo? Sabemos que son muy pocos, que están destrozando el mundo, pero no hacemos nada. Sabemos que algún día los otros también llegarán aquí, desde la tierra sin agua y entonces ellos, nosotros… Todos seremos la misma cosa. ¿Qué sucederá en el futuro? Oímos las explosiones y entonces permanecemos juntos, pensando en nuestro futuro, toda la noche.

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