miércoles, 14 de enero de 2009

Ella y él

Ella tenía veintiséis y decidió que era un buen momento para saltar sin red. Él deseaba sentir aquella vieja sensación de no tener suelo bajo sus pies. Ella vivía una mañana eterna. Él no esperaba nada. Y el azar y el destino, quiso jugar con ellos la partida, y en aquella tirada salieron las cartas marcadas. Y los dos se encontraron de pronto escarbando en la tierra de algún cementerio y se hicieron un plato de arroz con sus viejas tristezas, con amor, con ceniza y con sal.
Ella tenía veintiséis y cada día pintaba un mar en el desierto. Él hizo su equipaje y la siguió. Y pasó mucho tiempo y los dos, sobre el agua de arena, construyeron un barco que pudiera aguantar temporales eternos, y juntos escribieron mil sueños sobre islas perdidas, sobre mundos extraños, sobre noches sin fin.

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