lunes, 5 de enero de 2009

Otro cuento de Navidad

En el poblado de chabolas que hay junto a la carretera, la pequeña Nicoleta se ríe de mí cuando le hablo de los Reyes Magos. No sabe lo que es eso. Ni sabe que mañana pasarán por esta parte del mundo dejando a cada niño sus regalos. Nicoleta no tiene zapatos; sólo unas zapatillas demasiado grandes para sus pies, que pierde cada cuatro pasos.
Nicoleta -le digo, mientras la observo revolver en los escombros-, ¿si pudieras pedir un regalo?, dime: ¿que pedirías?
Nicoleta se queda pensativa. Sus grandes ojos negros buscan una respuesta. De pronto sonríe y dice: ¡que se seque el barro! Luego me tira una piedra y se marcha corriendo, seguramente avergonzada de haber pedido tanto.

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