martes, 5 de agosto de 2008

Lo mejor de la vida

Lo mejor de la vida siempre resulta ser lo más pequeño. Un detalle insignificante que aparece de un modo inesperado, cuando uno ya había perdido cualquier esperanza. La puesta de sol en la montaña, allá donde el silencio es perfecto y llena tu cuerpo de universo, la bandada de buitres alzándose desde las peñas, el silbido de seda del viento al rozar con sus alas, la cabra montés con su cría, el cielo, tu alma, el tacto de las rocas, el olor de los bosques, el sabor de la savia del viejo ciprés, el agua del río. Los pequeños placeres que otorga la belleza del mundo, tan intensa y eterna, como aquella mirada de un joven anciano que un día, se quedó para siempre a vivir en mis ojos. Tu mundo y mi mundo, tu vida y la mía.

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