lunes, 4 de agosto de 2008

Tras la tormenta

En un rincón del parque, tras la tormenta, los pétalos de los pensamientos yacen esparcidos en la hierba. Sobre ellos brillan aún gotas de lluvia y el viento los mueve débilmente. Bajo el pedestal de la estatua pintan un cuadro de colores en la fascinación de la tarde en calma. Es el vibrar de un mundo que se estremece en el proceso de un cambio interminable.
El Sr. Osaki observa este pequeño universo de pétalos dormidos. Piensa que, tal vez las flores, como los seres humanos, aprovechan los días de lluvia para llorar la nostalgia de un pasado de luz y días de primavera. Tal vez estos pétalos encontraron también su momento para unirse en un encuentro a solas con su naturaleza. Luego, el destino, una tarde cualquiera, despliega su acción, y el viento y las lágrimas hacen el resto.

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